El genio maligno de Descartes, encarnado en el sucesor 3ro de la dinastía Cafiero, nuevamente es la cabeza dirigencial que alza su voz para denunciar la supuesta actitud antidemocrática de la oposición. No debemos dejar pasar el declaracionismo impune, ni tirar un salvavidas al ahogamiento ejecutivo: es hora de dejar a la deriva a los miembros de un gobierno que están en los Juegos del Hambre.
En efecto, Antonio, digo Juan Pablo, digo Mario, digo Santiaguito ojos color cielo Cafiero, volvió a demostrar el objetivo presidencial de desprestigiar a todo aquel que piensa distinto al gobierno cleptocrático del nacional populismo. Así, quien dijera “Macri” y “macrismo” 19 veces en una entrevista de 20 minutos en A Dos Voces, enunció los siguientes vocablos para mostrarle a la gran masa del pueblo la intención oficial de calificar a la oposición como golpista y hasta financiada por los poderes internacionales de EE.UU.: “Un sector de la oposición quiere dañar al Gobierno”. Así, diferenciando solo a algunos dirigentes del larretismo, todo el resto somos meros peones de poderes que buscan la caída delarruista del frepasismo tardío argentino.
En ese sentido, el ministro coordinador dijo que “se busca dañar al Gobierno y provocar este tipo de manifestaciones” que se convocan cuestionando “las medidas que se toman, la ciencia, los resultados de las elecciones del año pasado”, es decir diversos planteos que, para Cafiero, significa que “claramente quieren cuestionar al Gobierno”. Es cuanto menos cuestionable porque:
1) los resultados de la política sanitaria del gobierno son desastrosos;
2) la legitimidad de origen no determina la legitimidad de gestión (Maduro también accedió al poder gracias a una elección y es un dictador);
3) sí, estamos cuestionando al gobierno porque, sin duda alguna, no hay ni una noticia o medida aceptable que se pueda destacar del albertismo suicida y autoritario.
Asimismo, Cafiero advirtió que las consecuencias económicas del coronavirus en Argentina no son “excepcionales”, en comparación con otros países de la región, y graficó que tanto Uruguay, donde el impacto de la Covid-19 fue mucho menor, también tuvo una “caída de 10 puntos” de su PBI, como en Brasil, donde se aplicó otra estrategia para encarar la pandemia. No hace falta decir que esto es falso, vamos a los datos. Según el Banco Mundial, la caída de Argentina para este año será de 12,3% y de Brasil 5,4%, mientras que para Uruguay esa caída es pronosticada en 3,6%. Pareciese que Joseph Goebbels volvió en forma de Soldado de Perón para instalar el típico discurso de los gobiernos teocráticos: una mentira dicha 1000 veces, se convierte en verdad.
El Ministerio de Propaganda acusa un supuesto golpe mientras, por otro lado, decide disparar a la población local con una mentira detrás de otra. No fue muy difícil ir a Google y buscar la caída proyectada de cada país y diferenciar conceptos básicos de Ciencia Política. Es simple relación de conceptos los cuales dudo que Cafiero entienda porque lo único que logra comprender, es la palabra MACRI.
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