Si Milagro Sala recibiera el indulto de Alberto Fernández como ella misma exigió, sería mucho más que un milagro penitenciario. Sería un escandaloso ataque a la justicia y una señal nefasta para la inmensa mayoría honesta y democrática de la sociedad.
Nadie quiere venganza. Todos quieren juicio, castigo y condena. Amado Boudou ya se puso en la fila de los que piden indulto, amnistía o cualquier artefacto delictivo que les permita zafar de la cárcel a los ex funcionarios del ladri feudalismo K. Estamos asistiendo asombrados a un atropello a los ponchazos de los cristinistas. Saben lo que quieren: impunidad y venganza. Pero no se ponen de acuerdo con los instrumentos. Porque no se puede salvar a los culpables de estafas y robos descarados sin violar las reglas básicas de convivencia de una verdadera república. Abogados con una gran formación profesional están tan desesperados y presionados por Cristina que piden a gritos la impunidad sin ponerse de acuerdo en cuál sería el mejor mecanismo para utilizar. Indulto, dicen unos y que pague Alberto el costo político. Amnistía, dicen otros y que se reparta el costo entre todos los diputados. Y algunos como Eugenio Zaffaroni piden cualquier mamarracho. Propuso designar una comisión parlamentaria de la verdad que diga cual causa es persecución política y cual causa es justicia independiente. ¿Se da cuenta que el que dice semejante burrada fue miembro de la Corte Suprema y hoy está en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, nada menos. Un papelonero de cuarta, nacional y popular que nos está haciendo quedar muy mal en el exterior. Pide por los delincuentes. Con tal de defender a sus amigos los victimarios es capaz de inventar atajos legales, pero por las víctimas, no mueve un dedo. Sería bueno preguntarle al doctor Zaffaroni. ¿Quiénes serán los genios impolutos que integrarían la comisión de la verdad? Gildo Insfrán, Juan Grabois, Hebe de Bonafini? Eso sería un tribunal popular con carta blanca para condenar a las personas que piensen distinto y para regalarle, impunidad a todos sus cómplices kirchneristas? Ademas, sería algo profundamente inconstitucional. El doctor Zaffaroni debería saberlo. En realidad, lo sabe, pero se comporta más como un encubridor de delitos que como un hombre de derecho.
Hablan de Milagro Sala como si fuera una militante social pacifista y honrada y en realidad es una delincuente que aprovechó su poder en la Tupac Amaru para robar fondos de todos y para reducir casi a la servidumbre y castigar a muchos piqueteros, sobre todo a las mujeres.
Por eso le digo que un indulto para Milagro con mayúscula, sería un milagro con minúscula. Un disparo al corazón de la independencia de los poderes. Un despropósito antidemocrático. En este sistema nadie tiene coronita. Los que cometieron delitos, la tienen que pagar. La verdad es que Cristina ordenó que liberen a Milagro Sala lo antes posible y que nada ni nadie los detenga. Repito. Que nadie ni nadie los detenga: ni la ley, ni la Constitución y ni el sentido común. Por eso, su estado mayor para la “Impunidad de todos y de todas” avanzó con diversas operaciones lideradas por Eugenio Zaffaroni, Horacio Verbistsky y Graciana Peñafort, abogada de Boudou y asesora de Cristina en el Senado.
Cristina ordenó que liberen a Milagro Sala porque entiende que si la delincuente más condenada y más complicada en la justicia queda libre, todos y todas podrán salir con mayor rapidez de la cárcel y todas las causas por corrupción se irán cayendo aceleradamente. Ese es el plan: si logran lo más, será más fácil lograr lo menos.
Alberto, ¿se atreverá a quedar en la historia como el que perpetró un zafarrancho anti republicano que casi no tiene antecedentes?
¿Vale la pena pagar tanto costo político por liberar a una dirigente democráticamente condenada, con todas las garantías y que además, tiene un bajísimo nivel de representatividad?
Milagro no produce movilizaciones importantes que pidan por su libertad. Los que llenaron de basura los tribunales hace poco, eran muy pocos. La Corte Suprema había dejado firme su primera condena a 2 años, pero todavía faltan las causas más graves.
A Milagro le decían “la gobernadora” por el poder y el dinero que le dio Cristina cuando fue presidenta. Pero ahora, en el llano y en la prisión domiciliaria se fue apagando su estrella. Critica a Alberto pero no la escuchan demasiado.
En su momento, en las elecciones internas sacó menos votos que la cantidad de afiliados de la Tupac Amaru. Eso demuestra que muchos jujeños y jujeñas humildes se sumaron a su agrupación porque fueron extorsionados con violencia o porque era la única posibilidad de acceder a una vacante en una escuela o de aspirar a tener una casa prestada por Milagro Sala. A la hora de votar, el secreto le permitió a mucha gente, elegir otra cosa. La inmensa mayoría de Jujuy no quiere libre a Milagro. Le tienen pánico porque fue golpeadora y autoritaria con todos pero sobre todo con las mujeres y los más pobres. Todos recibían un trato humillante y, en muchos casos, eran reducidos a la esclavitud. Hay decenas de testimonios de patoteadas, malos tratos, cachetazos y hasta latigazos de Milagro para imponer sus proyectos.
El gobernador Gerardo Morales ya advirtió que ningún indulto o amnistía tendría efecto en la justicia provincial.
Jorge Fernández Díaz supo plantear que cualquier trampa para liberar a Milagro Sala sería un “punto final” para las causas sobre corrupción, una “verdadera, monumental y escandalosa operación de autoamnistía peronista”.
La cleptocracia de Cristina y Milagro debe tener su juicio y castigo. Si nadie paga por los robos desde el estado, la señal es que todo vale y la honradez se transforma en una mala palabra.
El operativo “libertad a Milagro, impunidad para todos y todas” es solo un eslabón de la cadena para presionar a los jueces que, entre Oscar Parrilli y Florencia Kirchner, definieron como “orangutanes sarnosos”. Desde las PASO, se levantaron todos los pedidos de prisión preventiva para Cristina y más de 15 integrantes del Cartel de los Pinguinos se beneficiaron con libertades, nulidades o sobreseimientos.
Pero Milagro es un símbolo.
Por eso Horacio Verbitsky presionó tanto al Presidente Fernández en este tema. Respaldó una probable intervención a la provincia y en una entrevista intentó acorralar al jefe de estado y obligarlo a una definición a gusto de su paladar autoritario.
Milagro Sala no es una carmelita descalza perseguida por la oligarquía, los medios y el imperialismo como nos quieren hacer creer. Y tampoco está presa arbitrariamente. Tiene 4 condenas. ¿Escuchó bien? Milagro tiene 4 condenas. El milagro es que siga en prisión domiciliaria. Eso es un verdadero privilegio. Debería ir a una cárcel común. Pero la amenaza del bufón de la reina, Dady Brieva fue que se iba a armar “kilombo”, si la presa se moría en la cárcel. Es textual.
De las 4 condenas, una es de un tribunal federal de Comodoro Py, en la que se expidió hasta la Corte Suprema de Justicia. O sea que, aunque intervengan la justicia jujeña y hagan un indulto generalizado, esta causa que es federal seguiría en pie. Salvo que coloquen dos nuevas juezas para lograr una mayoría en la Corte Suprema y cambien todo. Dicen que una de las propuestas para sumarse al máximo tribunal es Elizabeth Gómez Alcorta, militante del partido de Juan Grabois y abogada de Milagro Sala. Todo muy imparcial y equilibrado como se ve.
Tres de las causas en las que Milagro Sala está condenada se iniciaron durante el gobierno justicialista, antes que Gerardo Morales llegara al poder. Fue condenada a 4 años en la causa de Lucas Arias, a 2 años por las amenazas de bomba a policías y eso fue ratificado por la Corte.
La causa llamada “Pibes Villeros” le significó una condena a 13 años de prisión. Fue un tiempito antes de que asuma Morales. Y sacaron 29 millones del banco, directamente de la ventanilla, como era su costumbre y se los robaron. Es dinero que no aparece por ningún lado hasta el día de hoy. Los bolsos fueron directamente a la casa de Milagro y como por arte de mafia, desparecieron.
¿De qué persecución de Cambiemos hablan? La mayoría de los jueces que intervinieron fueron designados por las administraciones peronistas de Eduardo Fellner y Walter Barrionuevo. Recibieron fondos millonarios por parte de Cristina. Eran para construir 6.500 viviendas y dejaron 2 mil sin edificar. Ese es una estafa al estado por 5.500 millones de pesos a valores de hoy.
Le recuerdo que Alberto, le dijo a Rafael Correa, un prófugo de la justicia de Ecuador, que lo entrevistó para la televisión rusa que “Milagro Sala no merece estar presa” y que “su detención es ilegal”. Eso lo dijo públicamente. También dijo que no está dispuesto a apelar a un instrumento monárquico como es el indulto. Veremos. Su palabra vale menos vaso de agua de la canilla.
Llegó la hora de la verdad.
Milagro no combatió la pobreza. Ella combatió, maltrató y agredió a muchos pobres. Los estafó. Miente Milagro Sala cuando se victimiza y dice que la persiguen por negra y coya. Hay que sacarle la careta a los que mienten. Las mentiras no hacen milagros. La impunidad son delitos que vuelven. Solo la verdad nos hará libres.
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