El Covid-19 llega en el peor momento posible para el mundo. La democracia en “recesión”, una economía que apenas intentaba salir de una crisis anterior y ahora parece precipitarse sin remedio en una profunda depresión, el comercio internacional venía en franca desaceleración, los discursos nacionalistas suman adeptos en todas partes, grandes incendios forestales arrasando los bosques alrededor del planeta demuestra la profunda crisis ambiental que atravesamos, el brexit amenaza el proyecto de integración regional más importante de la historia de las relaciones internacionales y China en franca disputa de la hegemonía mundial ante un venido a menos Estados Unidos en el marco de una guerra comercial que amenaza al comercio internacional y a la globalización misma.
Tal cual reza la ley de Murphy, toda situación por mala que se encuentre siempre tiende a empeorar, pues vaya que la situación empeoró. El presente ensayo observa panorámicamente a la democracia en el escenario internacional, regional y nacional para ver su estado y cómo ha sido afectada por la pandemia del coronavirus.
En un primer pestañeo abordaremos el estado de la democracia en el escenario internacional actual mediado por la crisis sanitaria global, Haciendo un acercamiento, en un segundo pestañeo, haremos lo mismo, pero en el plano regional y revisaremos el estado de la democracia en América Latina. Finalmente, en un pestañeo final abordaremos, también panorámicamente, el paisaje democrático nacional de cara a las elecciones del próximo 18 de octubre.
Las reflexiones serán generales, panorámicas, sin pretender profundizar en temáticas subyacentes de indudable importancia y relevancia, que serán parte sí de un trabajo más grande que espera el desenlace del capítulo electoral boliviano para su correspondiente publicación. Consiente de la brevedad del ensayo, éste será una especie de adelanto, un tráiler se diría en lenguaje cinematográfico, que muestre un diagnóstico a priori con desenlace reservado del estado de la democracia en el mundo, en la región y en el país.
Para fines del presente ensayo nos apegaremos a la definición de la democracia liberal, entendida como un sistema político que se distingue no solamente por elecciones libres y justas sino también por el Estado de Derecho, separación de poderes y la protección y constante ampliación de nuestras libertades fundamentales de expresión, reunión, autodeterminación, religión y propiedad. Mientras que por autocracia entenderemos a un régimen de acumulación de poder en una sola persona, el caudillo, que suele estar más allá de las leyes, siendo él la ley y el Estado mismo, la antítesis de la democracia
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