Una breve sinopsis de Juan Carlos de Pablo, economista con una gran visión de sucesos que se producen en la economía y su gran capacidad de explicar los hechos actuales con situaciones pasadas, ya que la Argentina repite sus medidas económicas.
No adoptamos las decisiones con base a lo que va a pasar, sino con base a lo que creemos que va a ocurrir; por eso las expectativas, que parecen algo etéreo, son tan reales.
Una parte de nuestras expectativas se forma en base a la credibilidad en los dichos y las acciones del gobierno de turno. Una misma medida de política económica puede generar resultados muy diferentes, dependiendo de si la población le cree o no a las autoridades.
Si hoy el Banco Central eliminase el cepo cambiario, no aumentaría la oferta privada de dólares porque la medida aumentaría la confianza, sino que subiría la demanda privada. Los argentinos, descontando que las máximas autoridades se volvieron locas, saldrían corriendo a comprar.
Lo mismo ocurre con una reforma laboral integral. Si una ley autoriza al empleador a no pagar los salarios y despedirlos, no aumentaría la demanda de trabajo sino que la disminuiría. Los empresarios se apresurarían a desprenderse de los empleados antes de que la ley sea anulada, En términos de política económica es razonable discrepar con las personas cuándo formulan recomendaciones de política económica, suponiendo que el actual Gobierno es creíble.
El gobierno presidido por Alberto Ángel Fernández podrá acordar con los bonistas y con el FMI, lo cual no quiere decir que no tenga que enfrentar graves problemas de credibilidad ante los argentinos.
- Lo que realizó el gobierno el 4 de septiembre, ejecutando el canje de bonos.
- Inició las negociaciones con el FMI.
- Así también, el club de París queriendo esperar una resolución.
¿Falta de credibilidad en qué, o en quién?
Para algunos, en el ministro de Economía; otros en el actual Gobierno; y para otros en cualquier gobierno. Los primeros esperan un cambio ministerial; los segundos las elecciones 2023; los últimos migraron o tienen sus ahorros afuera.
¿Puede un gobierno recuperar la credibilidad perdida?
Nadie que ejerza la máxima responsabilidad ejecutiva tiene que perder su tiempo en contestar esta pregunta. Porque no fue elegido para deshojar la margarita, sino para actuar. “El no ya lo tenés, pelea por el sí”.
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