China deberia resarcir los daños

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En las últimas semanas, la forma de vivir el día a día ha cambiado de una forma drástica, el mundo en el que vivíamos ya no es el mismo, actualmente es acechado por un virus denominado “COVID-19” que ha generado estragos en la economía mundial, y que según la página web “worldmeters.info”, ha dejado un saldo de 4.827.272 de personas contagiadas y casi 317.174 personas fallecida, para la fecha en la que se escribió este artículo.


Daniel Tirado

Internacionalista, coordinador local de EsLibertad, analista de compras internacionales


No hay una fecha exacta de su aparición, hay muy poca información sobre este virus puesto que es reciente. Lo único que, si es certero, es que tuvo origen en China. Se estima que el brote comenzó en noviembre del 2019, pero no fue hasta a mediados de enero, que se hizo público los estragos que estaba ocasionando en Wuhan y otras ciudades de China. El Gobierno comunista de China ocultó información, de hecho, en un principio declaró que el virus no se podía transmitir a los humanos, tanto es así, que apresó y acosó a los médicos que denunciaban el peligro que suponía dicho virus.

Lamentablemente la Organización Mundial de la Salud ha tenido un papel muy cuestionable durante esta pandemia. Las acciones hablan por sí solas, la OMS ha pedido no politizar la pandemia, pero no toma en consideración las cifras y la información sobre cómo tratar el COVID-19 por parte de Taiwán, además, hace poco la presidente de Taiwán publicó un correo del 31 de diciembre del 2019, en el cual, advertía sobre una neumonía atípica. Cabe destacar, que Taiwán ha sido uno de los países que mejor ha manejado esta situación. Asimismo, hay que recordar cuando Trump decidió suspender los vuelos directos con China para evitar una mayor propagación y la OMS se pronunció en contra de esto. Todas estas declaraciones y confusiones a la hora de actuar por parte de la OMS, dan mucho de qué dudar, pareciera que se ha prestado a ser cómplice del Gobierno comunista chino, y hasta que no se realice una investigación dentro de la misma organización, no se sabrá si esta complicidad fue adrede o simplemente fue por inocencia por parte los funcionarios.

Hasta que la OMS no entre en una profunda revisión, los Gobiernos seguirán cuestionando su actuación y traerá como consecuencia la suspensión de sus contribuciones a este organismo, tal es el caso de Estados Unidos, y después de que pase la pandemia, Japón anunció que hará lo mismo.

 A estas alturas, el presidente Xin Jing Ping sigue mintiendo al decir que solo hubo aproximadamente 80.000 casos de este COVID-19 y 3.000 muertes, según “Radio Free Asia”, hay testimonios anónimos que aseguran que la cantidad de fallecidos es mayor y podrían ser de hasta 45.000 fallecidos, aproximadamente, pero quizás nunca se sepa la verdad porque el Gobierno de China no quiere proporcionar una información transparente. El presidente Xin Jinping en vez de informar sobre las investigaciones del origen del virus, ha preferido acusar al gobierno de Estados Unidos alegando que el ejército estadounidense trajo la epidemia a Wuhan y que las últimas declaraciones del presidente Donald Trump son para “desprestigiar” a China.

Una vez que el virus se propagó y empezó a causar estragos en Italia, el Gobierno comunista chino emprendió una ofensiva diplomática para realizar un control de daños. Sin embargo, este control de daños no ha sido totalmente efectivo, y en vez de generar un acercamiento por parte de la Unión Europea a Pekín, pareciera estar generando lo contrario. Las ventas y donaciones de insumos médicos defectuosos por parte del Gobierno de China parece ser una práctica habitual, teniendo como a las principales víctimas a España, Inglaterra y Francia.

En consecuencia, de lo que está sucediendo, los Gobiernos están en una especie de carrera por conseguir la vacuna que supondría el fin de esta pandemia, pero que podría estar lista a finales de año, por lo tanto, lo más probable es que surja otro brote, siendo nuevamente la fuente alguna ciudad de China, debido a que suspendieron las medidas de cuarentena muy prematuramente y siguen con el consumo de animales de vida silvestre. Sería bastante irónico que China se consagre como el ganador de esta carrera después de haber abierto la caja de Pandora.

Los estragos y los daños causados por el Gobierno de China son incalculables, ha colapsado los sistemas hospitalarios de los países que estaban mejor preparados para una pandemia, y está afectando de forma muy negativa en la economía de los países, según estimaciones del FMI la mayoría caerá en una recesión de hasta un 10% o hasta más, por otro lado, algunos países en vías de desarrollo tienen muy poco margen de acción por no tener una adecuada disciplina fiscal.  Mientras en Nueva York están enterrando a los fallecidos en fosas, en Ecuador los están dejando en la calle porque no tienen un sistema hospitalario que pueda enfrentar esta pandemia.

Es inevitable exigir una indemnización o un resarcimiento de daños, el Gobierno de China esperó hasta a finales del año nuevo chino para decretar la cuarentena, cuando un gran porcentaje sus ciudadanos estaban de viaje, y algunos con la enfermedad sin querer la esparcieron, un ejemplo de las consecuencias es que el primer caso de COVID-19 en USA se confirmó el 22 de enero, mientras que en Corea del sur el primer caso se confirmó el 20 de enero. Es necesario que los Gobiernos empiecen a pensar a largo plazo, no es la primera vez que una enfermedad surja por las malas prácticas de salubridad en un país, pero la forma en la que el Gobierno comunista ha ocultado información y cifras ha sido gigantesco, es por ello que deben de replantearse las actividades comerciales con China.

Actualmente las fábricas de manufactura de China predominan en el mercado, a corto plazo es muy difícil reestructurar las cadenas globales de suministros, los costos de producción de las manufacturas chinas son muy competitivos y el afectado sería el consumidor. Sin embargo, hay algunos países que pueden aprovechar esta coyuntura y desconfianza hacia China para conseguir espacios en el mercado, los principales beneficiados podrían ser Vietnam y la India.

En Estados Unidos hay políticos y empresarios que están de acuerdo en exigir una indemnización, han hecho denuncias en Tribunales, pero las probabilidades de que China pague son escasas. Como primera medida para debilitar la influencia de China, los gobiernos aplicando el principio sobre la libre determinación de los pueblos de la Carta de las Naciones Unidas, deben reconocer a Taiwán como un Estado soberano y exigir su participación en los organismos multilaterales, esto sin duda alguna sería un golpe para la influencia política en el sistema internacional hacia China. Otra acción es exigir la destitución del director de la OMS y permitir el ingreso a Taiwán para que pueda compartir de forma transparente la información que tiene sobre el COVID-19, la OMS no puede estar a los servicios de ningún gobierno y mucho menos ser cómplice, tiene que tener un carácter imparcial y transparente.

El COVID-19 ha llegado a nuestras vidas, lastimosamente no volverán a ser las mismas hasta que se consiga una vacuna, por lo tanto, no hay que olvidar el daño colateral causado por el presidente Xi Jinping, y por consiguiente el partido comunista.


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