Tercera parte: Consecuencias de las regulaciones.
Luego del análisis que hemos hecho, podemos afirmar que es imposible poner precios y/o implementar medidas restrictivas o expansivas —de tipo institucional o coactivo— que beneficien a la mayoría de los consumidores, productores y vendedores de yerba mate. Y aunque así sea la realidad, los integrantes del INYM aún están (o estaban) imponiendo precios que afectan la capacidad productiva y el poder de compra de los argentinos con respecto a este bien.
Ahora, ¿Qué consecuencias exactamente tienen estas interferencias en el mercado?
Imaginemos una situación en la que el precio de la Yerba Mate Argentina es mayor con respecto a la Yerba Mate de otros países, es decir que se impone un precio por encima del de mercado.. Esta disparidad provocaría que las personas tiendan a comprar Yerba Mate en otros lugares, lo cual generaría pérdidas en las empresas argentinas.6 Además, ocasionaría un avance obligado de los productores hacia el mercado negro, con el afán de vender por lo menos a precio de coste. Lo que en consecuencia reduciría la cantidad de productores por los bajos beneficios empresariales con respecto a sus costes empresariales.
Simple, ¿no? Bueno, más simple fue la respuesta del gobierno que, como siempre atacando los efectos: decidió cerrar importaciones. ¡Bravo!
¿Consecuencias? En esencia, las empresas argentinas se vuelven incompetentes en relación al precio en otros países. No sería extraño que ante una liberalización de las importaciones (sacando de lado el factor monetario), en esta situación de precios por encima de los de mercado, Argentina se vea afectada ante los competidores que ofrezcan un producto similar a un precio menor.
En caso de importaciones cerradas y precios artificialmente altos (por encima de los de mercado), la demanda de yerba mate caería, y quienes compren al precio mayor se verían afectados ante el hecho de no poder comprar otra cosa con ese dinero de más que le habrían dado al vendedor de yerba. Ante esto, y aplicando la importancia de ver lo que no se ve tal como dice Bastiat, observaremos que el productor y vendedor de yerba se encuentran mejor, pero no sería cierto, pues ese dinero que el consumidor paga de más por un precio artificialmente alto podría estar gastándolo en otra industria.
Es esa coacción institucional, lo contrario al proceso espontáneo de intercambios voluntarios; esa coacción que obliga; que interfiere en las libres elecciones de los individuos; que exige precios que los demandantes no están dispuestos a ofrecer, para después vender a precios altos que benefician a muy corto plazo a la industria yerbatera, lo que tan solo generará prejuicios sobre otras industrias.
En este caso, existe una situación en la que tendríamos un alza en la demanda de yerba. Esto generaría, a su vez, una escasez mayor de producto y una cantidad mayor de personas que no van a lograr suplir su demanda en conjunto con un alza en los precios por encima de lo que funcionaría en un mercado desregulado.
También, los productores marginales desaparecerían debido a no ver la diferencia para obtener ganancias empresariales. Estos productores marginales serían los productores “últimos” o al margen; los menos posicionados en la industria.
Los productores grandes y medianos podrían mantenerse siempre que mantengan contacto y seguridad de compraventa con clientes y proveedores a un margen que favorezca. Hasta cierto punto, los empresarios contarían con margen para operar a pérdidas, pero obviamente si la situación de precios bajos se mantiene, preferirán mantener su stock en reservas (disminución de la oferta) y recortar la producción. En todo caso el proceso de reducción de oferta y contracción de la actividad de la industria sería más acelerado si los precios caen por debajo del coste que cuesta obtenerlo. (Henry Hazlitt, Economía en una lección. pp. 71-83)
Al fin de cuentas, quienes hayan utilizado su capacidad empresarial y compren antes una mayor cantidad a ese precio reducido, van a vender aún más caro en el mercado desregulado o mercado negro.7
¿Qué pasaría con un mercado provincial intervenido? En un mercado misionero intervenido, lo que obtendríamos no sería nada más que la desintegración paulatina de la industria yerbatera de Misiones. En cuanto el IMYM empiece a regular los precios de la hoja verde, la canchada, e imponga sus sellos (impuesto adicional) y también su burocracia, lo único que va a pasar es que las empresas misioneras vinculadas al sector yerbatero van a ver aumentados sus costos tanto operativos como productivos. Esto las va a hacer menos competitivas con el resto del país. Lo que va a generar que la gente compre yerba de otras provincias por el simple hecho de que la yerba en esas otras provincias es más barata. Lo que obligará a las empresas misioneras de Yerba ir paulatinamente cerrando sus operaciones por la caída en ventas.
Y aquí alguien podría preguntarse: ¿y si ponemos los precios de la hoja verde y la yerba canchada más bajos con respecto a otras provincias para que seamos competitivos?
Primero, desaparecería el vendedor y productor marginal, como ya fue explicado más arriba. Y posteriormente, lo único que obtendríamos sería, a corto plazo, una escasez generalizada de la hoja verde y de la yerba canchada. Y a largo plazo, un reemplazo de la plantación de yerba por otros productos, debido a que los vendedores y productores no verían ganancia al momento de vender su producción. Por lo tanto, o mudarían su negocio a otra provincia (por ejemplo, Corrientes), o simplemente distribuirían sus inversiones a otro negocio o rubro más rentable.
Todo monopolio que, de manera sistemática, perjudique a la oferta y a la demanda de un determinado bien es siempre y únicamente estatal. Podrían aparecer monopolios “naturales” que nazcan del libre intercambio del mercado. Pero estos monopolios son de carácter temporal. Ya que, en la medida en que el monopolista se dé cuenta de que puede subir el precio de su producto bajando sucesivamente sus costos, o sea, reduciendo su calidad, lo que ocurrirá es que los consumidores se trasladarán a otra empresa debido a la reducción de la calidad del bien y su encarecimiento. Por lo tanto, antes de poner leyes “anti-monopólicas” hay que asegurar el libre mercado sacando trabas y respetando, a su vez, la propiedad privada.
Aunque ha sido un artículo extenso, nos hemos quedado con mucho de qué hablar. Dejamos afuera temas como la violencia institucional y sistemática que tanto daño hizo a nuestro pueblo… Una violencia con un hambre de poder y con una arrogancia tal, que puede compararse a la de los líderes comunistas de la Unión Soviética. Se trata de la violencia con la que, en 1936 masacraron a trabajadores que salieron a marchar en búsqueda de libertad, trabajadores obligados a vender sus productos a un precio menor por culpa de la intervención gubernamental. El pueblo de Oberá no olvida a sus trabajadores asesinados y reprimidos, así como tampoco olvida a los déspotas y a los interventores socialistas.8
Nos quedamos sin hablar de la increíble maraña de corrupción que emerge en entes gubernamentales de este tipo. Así también, de los intereses económicos que hay detrás de mantener estos beneficios a costa de los demás.
Pero conviene hacer hincapié en la argumentación de “la soberanía del pueblo”. Usualmente, el Estado/gobierno nos vende la idea de que el pueblo de Misiones es algo que hay que cuidar, y que ese cuidado significa beneficiar al gobierno de Misiones y a los empresarios prevendarios dentro de él, cueste lo que cueste. Señoras y señores, en el libre mercado cada persona es libre de comprar el producto que uno quiera, y si usted quiere comprar un producto por el simple hecho de ser de una empresa misionera, está en todo su derecho, pero no puede obligar al resto de sus comprovincianos a comprar el producto que usted elige.
Dar rienda suelta a estos entes es regalar nuestra libertad y poner en jaque a la cooperación social. Es beneficiar al gobierno provincial, y beneficiar al gobierno provincial, en nuestra humilde opinión, es todo lo contrario a beneficiar al pueblo de Misiones… El gobierno es solo una maquinaria burocrática bajo el control de personas de carne y hueso, que viven a costa de las personas productivas. Si realmente queremos beneficiar al pueblo de Misiones lo que debemos hacer es trabajar en favor del fortalecimiento de las instituciones que hacen posible el desarrollo de la cooperación social, tales como dinero, los contratos y la propiedad privada.
Lucharemos en contra del avance del Estado sobre los individuos y los procesos de mercado, porque si dejamos que el Estado avance, tan solo estaremos regalando nuestras decisiones a alguien que ni nos conoce ni se interesa en conocernos.
Nuestra libertad es invaluable, y es de ella de donde parte la sociedad. Dejar que nos la roben es tan solo dejar a todos nuestros seres queridos a merced de la buena voluntad de un burócrata. Por el amor a la sociedad en general, debemos dar la batalla cultural, decir que no a las intervenciones estatales, bancarse los golpes, decepcionar a los queridos que piensan distinto e intentar fomentar el debate. Es el debate el que nos hizo libres y es el coste que siempre tendremos que afrontar para que nuestro destino sea consecuencia de nuestro accionar, en simples palabras: el debate, y en ocasiones, la vida, es el coste de la libertad. Y solo quienes estén dispuestos, sea en el lugar que sea, a afrontar ese coste, sabrán vivir como se debe, libres.
Referencias
Jesús Huerta de Soto (2010). Socialismo, Cálculo Económico y Función Empresarial. 4ta. Ed. Madrid: Unión Editorial.
Henry Hazlitt (2018). La economía en una lección. 8va Ed. Madrid: Unión Editorial.
1 Extraído de la Normativa del INYM: Normativa | Argentina.gob.ar.
2 Todos los detalles de sus funciones en: SAIJ – COMISION REGULADORA DE LA PRODUCCION Y COMERCIO DE LA YERBA MATE
3 Ley 25.564 Normativa | Argentina.gob.ar.
4 Según los Economistas Austriacos, esta concepción del “equilibrio de mercado” es una concepción errónea de la economía, ya que supone la visión de la economía desde una perspectiva estática. Utilizando a su vez, unida a esta concepción estática, métodos de las ciencias físicas.
5 Sería un inútil pensar en un precio (que por casualidad) sea fijado justamente como sería el precio de mercado, porque en este caso no habría diferencia alguna, y el INYM sería un organismo sin injerencia de ningún tipo. Tan solo tendría la injerencia impositiva.
6 Igualmente, el caso de Argentina sigue siendo particular ya que, el mantener una moneda nacional en control del gobierno, el poder fomentar la descapitalización generalizada mediante inflación, genera que los precios argentinos sean muy competitivos (baratos) con respecto al exterior. Pero a largo plazo, este proceso de descapitalización (más conocido como devaluación) tan solo trae una caída del salario real culpa del consumo de capital causada por la desintegración del poder adquisitivo de la moneda.
7 No nos dejemos llevar por la mala concepción de los estatistas enfatizados en detestar al especulador diciendo que “se aprovecha de las necesidades de la gente”. El especulador, lo único que hace es lo que el estado busca hacer y no puede, proveerles a los individuos de los bienes que el individuo necesita. Que los dioses bien reciban al especulador, que los vivos le hagan un altar y que los letrados le hagan canciones, ya que ha salvado a familias enteras de hambrunas generadas por déspotas al rededor del mundo.
8 La Masacre de Oberá fue un hecho horrible del cual queda mucho por hablar. Sin lugar a dudas uno de los logros de la fatal arrogancia socialista enfatizada en el control de precios.