Artículo escrito por Javier Cardozo, estudiante de 5to año de derecho de la Universidad Católica del Táchira, estudiante del 2do semestre de licenciatura en educación mención Castellano y literatura de la Universidad de los Andes y coordinador local de EsLibertad.

Desde hace algunos años en los círculos de pensamiento y activismo liberal ha ido germinando poco a poco una interrogante que en la medida que pasa el tiempo y que regímenes colectivistas y estatistas ganan terreno, se hace más imperante responder, esta pregunta que  no es otra que ¿Hacia dónde vamos? o planteada de forma más compleja: ¿Cómo debe el liberalismo encarar las nuevas realidades político sociales  que el siglo XXI está presentando?

Antes de entrar en las nuevas coyunturas del siglo XXI es necesario hacer un pequeño análisis del  contexto del siglo pasado y el como el liberalismo se desarrolló en ese momento .El siglo XX fue un siglo de gran avance tecnológico y social pero este avance no se dio de forma ininterrumpida. En este siglo se vieron grandes catástrofes y no solo con el acontecer de dos guerras mundiales sino en  el auge de ideologías colectivistas que conquistando algunos Estados tuvieron como consecuencia el establecimiento de regímenes dictatoriales que no solo coartaron la libertad de expresión  y participación política sino desarrollaron malas políticas públicas que derivaron en graves hambrunas y sufrimientos a su población como sucedió en la Unión Soviética y China.

En esta época de auge del colectivismo (que tuvo su mayor expresión  en el comunismo y sus derivados) el liberalismo se centró en el debate del hecho económico, en proteger los libres mercados y la propiedad privada frente al pensamiento de intervención estatal y propiedad comunal desarrollado por pensadores como  Marx y aplicado por líderes políticos como Stalin y Mao .Durante la mayor parte del siglo XX el enfrentamiento entre ideas colectivistas y liberales se dio principalmente en el plano económico y en el plano político entendido en una lucha entre democracia y dictadura. Estos enfrentamientos de ideas se hicieron más fuertes durante la guerra fría donde la batalla geopolítica entre los Estados Unidos y la Unión Soviética también significaba la batalla entre el modelo capitalista y el comunista.

El liberalismo de esa época buscaba demostrar porque el comunismo no solo tenía errores en la práctica sino que también tenía grandes errores teóricos. Se quería demostrar que era imposible plantear un sistema económico comunista ya que este contradice las leyes básicas de la economía .Podría decirse que el liberalismo logro su objetivo , la Unión Soviética cayo y la China comunista al igual que otros países como Vietnam tuvieron que cambiar su sistema económico so pena de seguir siendo Estados muy pobres  y seguir  padeciendo cruentas hambrunas .En estos Estados siguió dominando el partido comunista pero se logró ( en mayor o menor medida) demostrar la superioridad del sistema económico liberal .

El problema reside en que el liberalismo se quedó en el hecho económico , sus grandes exponentes como Hayek , Friedman o Von Mises escribieron la mayor parte de su obra sobre este tema mientras que en el siglo XX ideologías como el comunismo empezaron a cambiar poco a poco su discurso y a abandonar la dinámica economicista .Algunos pensadores marxistas como Marta  Harnecker explican que Marx si hablo del tema cultural pero que no le dio tanta importancia porque en su época necesitaba acentuar su doctrina en el hecho económico ,estas bases marxistas sobre la cultura serian desarrolladas por un pensador no muy conocido para la mayoría de las personas pero cuya doctrina está hoy más viva que nunca como lo es Antonio Gramsci y posteriormente  Louis  Althusser.

Estos autores plantean que el sistema de explotación capitalista no solo se impone de forma económica sino que lo hace estableciendo una hegemonía cultural. La clase dominante controla los medios de producción pero también los medios de comunicación, los medios educativos e incluso el mundo artístico y  a través de esos medios crean una cultura capitalista que tiene sometido al proletariado. Para conquistar el poder hace falta revertir esta hegemonía cultural cosa que se logra apoderándose de todos estos medios, Gramsci llego a decir “Tomen la educación y  la cultura, el resto se dará por añadidura”, ya este autor vislumbraba la importancia de la cultura como medio de acceso al poder, más recientemente Marta Harnecker explicaba: 

 Esto tiene que ver con que la izquierda entienda que tiene que ganar la hegemonía de la sociedad, tiene que conquistar la mente y el corazón de la gente para el proyecto, no solo se trata de que nosotros tomemos el poder e impongamos un nuevo sistema, tenemos que convencer a la gente y construir con la gente ese nuevo sistema 

Se pueden entrar en discusiones hasta qué punto la izquierda ha  traicionado  los postulados básicos de la  doctrina marxista de la revolución proletaria violenta como medio de llegar al poder por una revolución cultural pero más allá de esto es necesario entender que el cambio se dio. El discurso de la revolución obrera ha sido prácticamente abandonado por la izquierda por un discurso de revolución cultural, revolución cultural que ha encontrado su nicho en las reivindicaciones que realiza el colectivo feminista, LGBT y otros. Cada vez es más notorio que los partidos y movimientos de izquierda se muestran  como los defensores de estos grupos, por algo la candidatura de Gabriel Boric se presentó como una candidatura pro feminista, LGBT y ambientalista. Sumado a esto han logrado infiltrar  los medios de comunicación cosa  que se notó en demasía tanto en las elecciones de Chile donde a José Antonio Kast lo tildaban de ultraderechistas  mientras Boric solo era calificado candidato de izquierda como en las elecciones de Estados Unidos donde Trump era presentado como el malvado xenófobo (y el otro conjunto de fobias) en contraste con un candidato inclusivo como Joe Biden.

Los liberales deben entender y analizar esta situación, cada vez es más claro el giro cultural que ha tomado la izquierda pero entonces la pregunta  que se formula es ¿Cuál será la postura del liberalismo sobre estos temas?, pregunta que no es fácil de responder porque conlleva un conjunto de reflexiones que lamentable  no se hacen con tanta acuidad como es necesario. Los liberales no pueden cometer el error de pensar que es una teoría conspirativa lo que la izquierda hace con la cultura y no puede continuar hablando solo de temas económicos bajo el pretexto de que en el plano cultural cada quien tiene una idea diferente y que no puede llegarse a un consenso.

El liberalismo por supuesto no debe ceder en sus postulados económicos, no debe cambiar su defensa sobre el libre mercado pero debe empezar a reflexionar cuáles serán sus postulados sobre temas culturales como la migración, educación, medio ambiente y las reivindicaciones  que grupos como los ya mencionados hacen y que estrategia político social puede realizarse para defender y extender estas posturas. Para hacer esto se necesita valentía porque la izquierda ha logrado establecer una cultura de lo políticamente correcto que no es otra cosa que una censura camuflada realizada por un sector de la población a otro porque sus ideas no les gustan o les parecen ofensivas .Esta cultura de lo políticamente correcto se ve en el surgimiento del fenómeno de la cancelación  que actúa tanto de manera activa cuando una considerable cantidad de personas  o una institución censuran a una persona por sus ideas o de forma pasiva  cuando una persona en un foro , en una clase o en una conversación en un evento social decide no emitir una opinión por temor a ser atacada por los demás .

Es bueno y deseable que se sigan haciendo foros y escribiendo libros sobre temas económicos como por ejemplo las criptomonedas pero deben empezar a aumentar los foros, los ensayos y los libros dedicados a temas culturales. Los Hayek y los Von Mises de este siglo deberán dar opiniones claras sobre temas culturales álgidos. Si no se hace esto se seguirá perdiendo terreno frente a ideologías colectivistas como ya se ha hecho en los últimos años, ya que se ha demostrado que hablar de economía no es suficiente para ganar una elección más aun cuando es un discurso económico técnico que las grandes masas no entienden. La izquierda  y sus aliados entendieron esto  y  dieron un nuevo enfoque a sus ideas, ¿que evita que el liberalismo lo haga?

 Se debe construir doctrina liberal sobre temas de cultura y establecer cuáles deben ser los mejores mecanismos  para extender esta opinión, Agustín Laje llama a todo esto la batalla cultural , y si se ve como una batalla , es una que por ahora se va perdiendo , los contrincantes tienen  varios años fortaleciéndose en estos temas pero es hora de ir a la ofensiva y plantear una doctrina propia que desde una perspectiva liberal arroje luz sobre los grandes problemas culturales  que el siglo XXI está presentando .


Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty Inc. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa.

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