Con las recientes elecciones legislativas organizadas en Argentina se ha abierto un importante lugar para el debate sobre el resultado obtenido por partidos de corte liberal o libertario. Como todos los fenómenos políticos y sociológicos que incluyen movimientos sociales a gran escala, la vertiente latinoamericana del liberalismo partidario es un elemento complejo de analizar en su extensión, y puede ser hasta divertido proyectar su alcance con el tiempo.

Famosos por sus opiniones y muchas veces por su presencia mediática los referentes políticos partidarios y apartidarios de estas ideas gozaban de la libertad del crítico: Aquel que mira la película sin saber en algunos casos como es a la hora de dirigirla. Entonces… ¿Cómo viene siendo su película hasta ahora?

Si tuviera que mantener la metáfora cinematográfica podría decir que la performance del trailer del nuevo largometraje liberal es alentador, al menos. Las elecciones primarias legislativas nos han servido para analizar que en Argentina, inicialmente, el liberalismo partidario es un movimiento con sus primeras expresiones de importancia nacidas en las capitales, grandes ciudades y sus conurbanos. Esto lo puede diferenciar de otros movimientos o partidos políticos, cuyas casas matrices son las provincias o intendencias y desde las cuales buscan ejercer el poder de manera más territorial para acceder el ascender de esa manera.

Sobre el autor…
Simón Barrionuevo López es periodista, curso la licenciatura en comunicación social
Trabajo en Data 24, El Presto y soy coordinador local de EsLibertad.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se presentaron dos listas de corte liberal o libertario con precandidatos a diputados, por espacios políticos separados. Javier Milei por el frente La Libertad Avanza y Ricardo López Murphy en Juntos, a través de la lista Republicanos Unidos interna a ese frente. La suma del porcentaje de ambas listas deja un cómodo número del 25% del padrón electoral votando alguna opción liberal. ¿Debemos pensar que un 25% de ese distrito es liberal? No necesariamente. Claramente el liberalismo, en mayor o menor medida, se ha convertido en una de las expresiones mayoritarias y como tal ya no es solo demandado y acompañado por quienes inicialmente lo hacían. Esta apertura posiciona el origen del voto en lugar misterioso, al que tal vez podamos acceder mediante la pregunta: ¿Y si este fuerte acompañamiento funge más por espanto que por amor? ¿Y si un porcentaje de los votos se origina más por hartazgo a otras opciones que por aprecio a esta? ¿Está entre los componentes básicos del liberalismo argentino el antisocialismo, el antitotalitarismo, la antipolítica? ¿Hay lugar para la antipolítica en la política? ¿Entendemos la heterogeneidad del electorado? El auge de muchos movimientos a veces no se da por una completa adhesión sino por un rechazo a otras ideas o posturas sobre la vida pública.

Todas estas preguntas y las que queda por hacerse son importantes para comprender cómo junto a las políticas liberales introduciremos el estilo liberal de la política. Último interrogante: ¿Hacer política con otras ideas pero de igual estilo y manera que el resto implica que es el fin de la batalla cultural? No necesariamente, cruzado ese puente nuevos aparecen y es momento de atravesar este.


Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa.

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