Ante los tiempos que enfrentamos y los que se avecinan valdrÃa la pena aprender más sobre el pensamiento heredado por Friedrich von Hayek, entender las circunstancias que lo empujaron a advertirnos sobre los innumerables riesgos de perder la libertad y podamos entonces estar más preparados para enfrentar dichas amenazas.
Arturo Portillo
Arturo Portillo es Coordinador de Actividades para EsLibertad en América Latina. Es Asociado de programas internacionales para Foundation For Economic Education. Asociado de programas para Caminos de la Libertad. Economista por el Instituto Politécnico Nacional y estudiante de Ciencias PolÃticas por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Friedrich August Von Hayek nacido en Austria el 8 de Mayo de 1899 es considerado por personas de todo el mundo como uno de los principales defensores de la libertad.
Es uno de los más importantes representantes de la Escuela Austriaca de EconomÃa. Fue un economista y pensador liberal que gozaba de un amplio respeto por la comunidad intelectual contemporánea, tanto que logró obtener el premio nobel de EconomÃa en 1974.
Su impacto inspiró y sirvió de referencia para grandes personajes como Margaret Thatcher, Ronald Reagan e incluso Ludwig Erhard quien logró enfrentar con éxito las consecuencias de una Alemania destruida por la guerra y el nacional socialismo.
A pesar de los éxitos económicos derivados de su pensamiento y ser uno de los economistas más influyentes de todos los tiempos, Hayek pasa desapercibido para muchas personas que desconocen su vida y obra.
Sin embargo, en estos tiempos de crisis e incertidumbre valdrÃa la pena enfrentar a uno de los principales exponentes de la libertad, redescubrir su obra y reflexionar sobre las ideas que le dieron un lugar en la historia.
Quizá una de sus ideas más famosas sea la del Orden Espontáneo, el término parece un poco pretencioso pero se trata del principio simple de que todos los individuos tienen un rol en la sociedad y que al ejercerlo en libertad tiene como resultado la creación de riqueza. En éste orden espontáneo, las personas involucradas en los cientos de miles de procesos productivos del mundo pueden a veces no ser conscientes de lo que están creando, un leñador en Oregon, un minero en Inglaterra, o un extractor de aceite en las Antillas Holandesas podrÃan no estar conscientes del Lápiz que están ayudando a crear y comercializar, pero aún asà colaboran libremente para hacerlo sin necesidad de un orden centralizado.
El conocimiento del ser humano es finito y en muchas de las veces muy limitado, ninguna persona es capaz de conocer y comprender todos los procesos sociales que ocurren de manera espontánea en el mundo y que tienen consecuencias en su vida cotidiana. Muchos lÃderes y gobernantes pretenden controlar la economÃa o el comportamiento de sus ciudadanos y seguidores, bajo la premisa de que su conocimiento es ilimitado no solamente de los acontecimientos invisibles a sus ojos sino también de las necesidades y deseos de los demás, teniendo como consecuencia pésimos resultados en la asignación arbitraria de recursos públicos o privados generando problemas como escasez, inflación, pobreza o incluso el colapso total de una sociedad.
Si ninguna persona puede saberlo todo ni estar en todos los lugares al mismo tiempo entonces tampoco podrÃa ninguna institución creada por el hombre estar cerca de lograrlo. Para simplificar las cosas los lÃderes o gobernantes se sirven de conocer las voluntades de sus ciudadanos, asumiendo a los individuos como una composición homogénea construyendo supuestas mayorÃas en las que, por diversas razones económicas, ideológicas, polÃticas o incluso raciales, todo mundo parece encajar dejando desprotegidos a las minorÃas.
De tal modo que la voluntad y deseos de la mayorÃa deben ser aceptados por todos los individuos. Hayek advierte de los peligros de defender falsos individualismos que dan paso a las tiranÃas donde la única voluntad individual que se ejerce es la del gobernante a expensa de la libertad de los individuos que conforman la sociedad.
En suma, el pensamiento de Hayek se ha convertido en un gran lección para todas las personas que promueven y defienden la libertad y es que el Estado no puede conocer las preferencias, habilidades, deseos o circunstancias de los individuos que conforman la sociedad y no puede, por lo tanto, interferir o dictar en las decisiones de ciudadanos pacÃficos.
¿Aún tienes dudas sobre el valor de la obra de F. A. Hayek en la defensa de la libertad? Quizá éstas reflexiones puedan convencerte.
Friedrich Hayek fue un gran hombre con una mente brillante que entendió la complejidad de los movimientos polÃticos y sociales de su era, que entendió el origen de las tiranÃas contemporáneas y que para ello prescribió advirtiendo de los peligros que representaban los excesos del poder.
Ante los tiempos que enfrentamos y los que se avecinan valdrÃa la pena aprender más sobre el pensamiento heredado por Friedrich von Hayek, entender las circunstancias que lo empujaron a advertirnos sobre los innumerables riesgos de perder la libertad y podamos entonces estar más preparados para enfrentar dichas amenazas.
Reimpreso con el permiso de Caminos de la Libertad
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