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Una píldora de libertad para Venezuela

El rol de la libre iniciativa -del libre comercio- es lo que ha propiciado que, alrededor del mundo, se desarrollen diversas tecnologías que mejoren la experiencia de los consumidores, bien sea en términos económicos, en el ámbito de lo político, de lo social y, sobre todo, en el área de la salud. Los avances del sector salud solo nos demuestran que el mundo va girando hacia una mejor calidad de vida. Sin embargo, en lugares donde la libertad es cercenada y no se da cabida a la iniciativa particular ya vemos cómo, cada vez mas, se deteriora la vida de los ciudadanos.


Edgar Pacheco
Estudiante de Sociología | Coordinador Local EsLibertad

El desarrollo tecnológico en el mundo y, en diversos ámbitos, nos anticipa que el mundo girará en torno a hacerle no solo más sencilla la existencia al ser humano, sino a que su esperanza de vida vaya en aumento y que las enfermedades (si solo hablamos del ámbito médico) puedan ser prevenidas y (¿por qué no ser ambiciosos?) hasta erradicadas.

Desde científicos israelíes creando microbots que puedan destapar ductos de nuestro organismo, como arterias o ductos cerebrales; hasta bots que puedan atacar (disparar el medicamento) directamente a tumores malignos, sin necesidad de incepción quirúrgica (que tiene un margen de riesgo considerable) o de quimioterapias que, además de atacar el tumor, afectan a todo el organismo.

A su vez, son más las aplicaciones que permiten que los individuos puedan diagnosticar síntomas o enfermedades crónicas antes de que sea demasiado tarde y que le permiten al médico ejercer un mejor análisis. También se han creado dispositivos electrónicos, y extensiones a los ya existentes, que nos permiten prever cualquier enfermedad o fallas en nuestro organismo, desde complicaciones respiratorias (con dispositivos que miden la respiración), hasta controles del ritmo cardíaco, medición de la glucosa en la sangre, es decir, dispositivos que prevén los problemas de salud que tienen como causa los hábitos individuales y no precisamente los genes.

El desarrollo de esta tecnología, ha venido por parte de individuos que, tras sus experiencias con determinados sitios de atención, han tenido la curiosidad y se han hecho la gran pregunta de qué sería el mundo si la evaluación médica fuera más precisa y hasta científica y no dependiera de la intuición médic. Es decir, todos estos dispositivos y avances tecnológicos permiten una mayor precisión en el análisis y estudio de enfermedades, incluso sumando más a la medicina preventiva que a la reactiva. A su vez, estos avances reducen el trabajo de médicos que han heredado las mismas prácticas de consulta que hace 100 años, es decir, el auscultar y la medición de la presión arterial, por ejemplo, se hace con los mismos dispositivos con los que se realizaba hace aproximadamente cien años. Hoy estas mismas prácticas las puede facilitar un dispositivo electrónico (como celular o reloj) que arroja datos con mayor precisión, y al que el paciente no puede mentirle.

Por otra parte, en Venezuela, la llegada de estas tecnologías no generará un mayor impacto, o, mejor dicho, esto no llegará por ahora. Recientemente fue publicado el Human Freedom Index (2019), en el cual fueron evaluados 162 países bajo 76 indicadores; el país con mayor libertad humana, según el ranking, fue Nueva Zelanda, mientras que Venezuela se posiciona en el puesto 161, por encima de Siria.

La falta de datos oficiales (producto de la obstaculización hecha por el régimen venezolano) de la situación epidemiológica, no permite realizar análisis precisos de lo que ocurre, sin embargo, y gracias a los estudios realizados por distintas organizaciones, entes privados e individualidad del sector salud, podemos realizar una proximidad del estado en el que se encuentra este sector.

La grave crisis humanitaria predominante en Venezuela, y la falta de insumos médicos y alimenticios, solo ha hecho que el deterioro del sistema de salud del venezolano sea más agudo; los altos índices de desnutrición infantil, la muerte por enfermedades que se creían erradicadas/controladas desde hacía décadas como el paludismo, difteria, malaria, tuberculosis, sarampión, entre otros.

Según datos de Caritas (publicado por la Human Rights Watch), para el 2018 el 48% de las mujeres embarazadas que se localizaban en zonas vulnerables presentaban cuadros de desnutrición; el Estado Vargas presentaba datos de desnutrición infantil de un 20%, mientras que Caracas presentaba un 16,7%. Estos datos, frente al último reporte del Ministerio de Salud (2016) que establecía la tasa de mortalidad materna en 65% y la infantil en 30%, solo evidencia que en años recientes esta tasa pudo haber ido en aumento.

Además, los hospitales no cuentan con el sistema infraestructural para albergar a la cantidad de personas con enfermedades crónicas, la Organización Panamericana para la Salud advierte que el sistema de salud venezolano está fragmentado y su capacidad para responder a las necesidades prioritarias disminuyó; las clínicas son impagables para la mayor parte de los venezolanos que no cuentan con un salario que les permita acceder a estos servicios (dada la devaluación de la moneda) , la investigación en el área de salud es obstaculizada por el sistema gubernamental que por ser el único ente que (burocráticamente) puede otorgar presupuestos a estos recintos, cada vez invierte menos en ello. Cualquier iniciativa particular que lleve como objetivo la investigación científica, es obstaculizada y los científicos son puestos en asedio por los cuerpos de seguridad del régimen.

En este sentido, aun surgen iniciativas, pero el asedio gubernamental, los límites burocráticos, la poca libertad y seguridad de inversión, no permite que se produzca la expansión de estas iniciativas a todo el territorio. Sin contar las limitaciones, en cuanto a acceso a la información y la tecnología que cada vez es más difícil para los ciudadanos.

El ejemplo que el mundo le da a Venezuela es que, precisamente estas iniciativas particulares, las inversiones privadas, son las garantes del desarrollo tecnológico en este sector. Es más, hoy, en el mundo, son cada vez más las personas que pueden acceder al sector salud y a sitios de atención, dado el avance tecnológico y la disminución de los costos para acceder a estos servicios, producto del desarrollo científico. Venezuela debe mirar hacia la libre iniciativa, hacia la libre competencia, hacia la libre empresa, y poco a poco verá cómo se irán desarrollando sectores como el de la salud que, a su vez, dará soluciones a cada vez más venezolanos.

Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty Inc. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa.

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